El martes 12 de agostó se celebró el “Día Internacional de la juventud”. Considero que es positivo que exista un día de los jóvenes, pero tenemos que avanzar mucho todavía para tener logros que celebrar.
Es vital no quedarse solo en los discursos y en las buenas intenciones, para ello debemos contar con un INJUV que sea un coordinador de políticas dentro del Gobierno para poder abordar los problemas más importantes de la juventud: la prevención del embarazo adolescente -que genera un ciclo de pobreza del cual no se sale más-, la falta de oportunidades y de movilidad social debido a una mala calidad de la educación, el aumento del alcoholismo y la drogadicción y una sociedad que no da espacios de participación y responsabilidad juvenil.
Si queremos de verdad hacer frente a este tipo de problemas, el Estado y la sociedad deben dejar de pensar que son solo una estadística y asumir el problema como propio. Porque mientras se sigan mirando de lejos las verdaderas dificultades que impiden que los jóvenes logren desarrollar su máximo potencial, no lograremos ningún cambio significativo en la vida de millones de personas y todo seguirá exactamente igual.
Por eso, como sociedad, debemos hacernos responsables de lo que pasa con algunos jóvenes, si un adolescente termina borracho, no es sólo un problema de él, es un problema de todos nosotros. Si es enganchado en la droga, también es un problema de todos nosotros. Si miles de adolescentes se quedan embarazadas estando en el colegio, por supuesto que es un problema de todos.
Pero así como exigimos que la sociedad y el Estado hagan propio los problemas de la juventud, es necesario que los jóvenes asuman sus deberes y responsabilidades para con ellos mismos y el país.
Propongo, crear un “servicio a la patria” –similar al servicio país- mediante el cual los jóvenes aporten al desarrollo del país y que, en compensación a su dedicación y compromiso, el Estado asuma la deuda de su educación superior. Porque con los valores del esfuerzo, la disciplina y la responsabilidad progresarán los jóvenes y progresará Chile.
Los jóvenes de hoy son la generación más preparada de toda la historia de la Humanidad y es responsabilidad de todos entregarles los espacios y las herramientas adecuadas para que puedan desplegar al máximo sus talentos y asumir sus responsabilidades.
