domingo, 25 de mayo de 2008

Extractos de los Acuerdos del V Congreso Ideológico


I. Nuestra identidad
Nosotros, los democratacristianos, portadores de una historia que nos enorgullece, 70 años después de la fundación de la Falange y a 50 años de vida de la Democracia Cristiana, venimos a reafirmar nuestros principios renovando nuestras propuestas para responder a los nuevos desafíos y nuestro compromiso con la construcción de una sociedad más libre, más justa y más humana.

Nuestros Principios:
Sentido ético de la política
1. Somos un partido doctrinario e ideológico, que orienta sus acciones en principios y valores fundamentales. Creemos en el sentido ético de la política, noble expresión de servicio público, de amor a Chile, a su gente y a su territorio, encaminado a la construcción de un mundo mejor. Ese sentido se expresa en la búsqueda del bien común y de la verdad.

Nuestras fuentes filosóficas
2. Nuestras raíces se fundan en la tradición del humanismo y la doctrina social cristiana que, desde fines del siglo XIX, denunció las injusticias del mundo moderno invitando a luchar por una nueva sociedad- distinta del liberalismo individualista y el socialismo marxista- a partir del mandato evangélico del amor al prójimo, expresado en los valores de la libertad, la justicia social y la solidaridad. Hoy nos proponemos integrar a esta visión, los aportes de las diferentes comunidades religiosas y de nuevas fuentes del pensamiento intelectual.


Respaldamos el fortalecimiento de las comunidades
16. Creemos y respaldamos el fortalecimiento de la sociedad civil y de las comunidades intermedias. Entre el Estado y la persona, existen un sin número de comunidades que son fuente de desarrollo humano. Postulamos la promoción de la capacidad creativa, libre y responsable de las personas y comunidades y promovemos la organización de la sociedad como expresión de defensa de sus derechos y compromiso con la sociedad. Especial importancia le asignamos a las organizaciones laborales, medioambientales, de defensa de los consumidores y de voluntariado.

El principio de la Subsidiariedad: desarrollo de la iniciativa privada y las organizaciones sociales.
17. Sobre la base de la libertad responsable, descansa el principio de subsidiaridad, que favorece el desarrollo de la iniciativa privada y de las organizaciones sociales. Hay que dejar que las personas hagan todo aquello que son capaces de realizar por sí mismas. El Estado debe cautelar este principio de subsidiaridad. Este mismo principio exige que el Estado, o las comunidades superiores realicen aquello que, siendo necesario para el bien común, supere la capacidad de los individuos o de las comunidades menores.

Participación para alcanzar el bien común
18. La participación comunitaria es el medio por el cual se contribuye de mejor forma a alcanzar el bien común. El partido reafirma su compromiso con la participación y el mundo social, para impulsar el gran cambio que la sociedad chilena necesita para transformar el actual modelo político, cultural y económico, en la búsqueda de un desarrollo humano.

Una sociedad que prioriza la educación de su gente
241. La herramienta principal para avanzar hacia una buena vida humana es la educación. La Democracia Cristiana señala con fuerza que la principal fortaleza de Chile está en su gente, por lo que la educación es la piedra angular de nuestro futuro. En el umbral del segundo centenario de nuestra independencia, el país debe estar en condiciones de garantizar a todas las familias chilenas una educación de primer nivel.

La educación integral de las personas.
242. La educación es fundamental para el desarrollo integral de cada persona en todas sus dimensiones, intelectuales, valóricas y espirituales, físicas y artísticas; así como para la formación de ciudadanos capaces de vivir en común y asumir la vida en democracia. Así mismo, la educación es un derecho y factor esencial para la movilidad e integración social, la superación de la pobreza y la disminución de las inequidades. También cumple un papel fundamental para el desarrollo de las naciones en un mundo globalizado, competitivo y en que el conocimiento y el uso masivo de las nuevas tecnologías se han convertido en el capital más preciado, en donde las capacidades de crear, innovar y emprender se han convertido en la condición de futuro.

Calidad para Todos.
243. El desafío de esta etapa es dar un salto cualitativo que nos permita consolidar una base educativa sólida, en términos de calidad y equidad, para formar integralmente a las personas. La promesa de la escuela o de toda institución educativa en democracia es hacer florecer los talentos de los estudiantes para así reducir las diferencias sociales y económicas inmerecidas y hacer funcionar a la sociedad sobre la base del mérito y el esfuerzo. Tenemos que dar un salto en la calidad. Para ello es necesario seguir incrementando los gastos en educación, con más inversión, especialmente en los sectores más vulnerables; mejorar la gestión y rendición de cuentas del sistema educacional; mantener el esfuerzo en el aumento de cobertura en educación inicial y superior; y mejorar significativamente la formación y el desarrollo profesional de los profesores/a para tener docentes con prestigio y preparación de excelencia.

La familia: primera educadora
244. La primera responsabilidad de la educación radica en la familia, a quien se le debe asegurar la libertad para escoger el establecimiento que mejor responda a los requerimientos de sus hijos y dar espacios para su participación activa y responsable en el proceso educativo. La familia es también la primera educadora, lo que le permite ejercer control sobre la calidad de la educación de sus hijos.

El deber del Estado.
245. La educación es un bien público que el Estado debe asegurar, conjugando la libertad de enseñanza (el derecho de los padres libres para elegir la educación de sus hijos) y el derecho de todos y todas a una educación de calidad. Ambos, principio y derecho, le obliga a ejercer especial control cuando los recursos son públicos y los resultados educativos de un establecimiento son deficientes.

Financiamiento necesario.
246. Estado debe realizar un esfuerzo muy superior en educación, aspiramos a que en el mediano plazo se invierta un porcentaje muy superior al actual porcentaje del PIB, en niveles similares a los que han alcanzado los países desarrollados. Aspiramos que Chile llegue a un nivel de igualdad educativa, reduciendo sustantivamente la diferencia de años de estudio entre los chilenos de más escasos recursos, y los chilenos más ricos.


Comunidades escolares.
248. Reconocemos a las instituciones escolares como comunidades que reúnen a docentes, alumnos, familia, padres y apoderados y otros profesionales en torno a un proyecto educativo. En ese espacio se debe dar una convivencia participativa fundada en el respeto y la solidaridad.


Marco curricular: base común de formación para la nación
250. Al mismo tiempo, se requiere de un marco curricular compartido y de normas que permitan la existencia de una base común de formación para toda la población. En esa dimensión el sistema educativo crea y recrea la Nación.

Educación cívica y educación sexual
251. Proponemos incorporar en los planes de estudio materias relacionadas con la educación cívica y educación en materia de prevención sexual.

Respeto y confianza para nuestros Profesores.
252. Reconocemos el rol central de los docentes y el carácter insustituible de la escuela, a quienes confiamos la formación de las nuevas generaciones. Ellos tienen toda nuestra confianza y requieren de una justa valoración de su trabajo, el reconocimiento por su desempeño que debe ser evaluado. Hay que brindarles posibilidades de mayor profesionalización y una carrera profesional docente que estimule a todos los profesores. Se requiere una política de formación inicial que asegure calidad, pertinencia y brinde oportunidad de especialización de sus egresados. Se considera necesario rescatar el espíritu pedagógico y la vocación de servicio público presente en la formación de profesores en las históricas escuelas normales del país. Queremos respeto y confianza para nuestros profesores y nuestras escuelas; queremos que nuestros profesores y nuestras escuelas respeten y confíen en nuestros hijos.


Sin fin de lucro
254. La educación privada, que recibe financiamiento estatal, debe ser administrada por personas jurídicas sin fines de lucro, este no debe estar presente en la educación subvencionada. Como humanistas cristianos entendemos que el lucro no contribuye al verdadero espíritu de la labor educativa, que no es otra que colaborar a la formación integral de las personas y comunidades, y para ello es necesario que los recursos que se destinen a la educación sean usados integralmente para ese fin.

Una educación pública de calidad.
255. La DC está por promover las escuelas públicas. Le interesa que ellas mejoren sustantivamente la calidad de la educación que imparten, especialmente en las comunas más pobres en las regiones, en zonas rurales y en centros metropolitanos. Parece llegado el momento de terminar la dependencia de las escuelas públicas sólo de las municipalidades y abrir la posibilidad de que ellas dependan de nuevas Corporaciones Públicas descentralizadas ya sea en el nivel local o regional. Deberían iniciarse gradualmente experiencias de este tipo a la brevedad, evaluarlas y en función de eso considerar su extensión. Estas Corporaciones deberán contar con los equipos técnicos que le permitan administrar los establecimientos y gestionarlos en lo pedagógico. Las instituciones a cargo de gestionar la educación pública deben tener las atribuciones, la flexibilidad, las herramientas técnicas y los apoyos necesarios para poder promover la máxima calidad de sus centros educativos.

Eliminar las prácticas discriminatorias.
257. El Estado tiene la responsabilidad de garantizar el derecho a la educación, especialmente para los más desfavorecidos; hay que propender a eliminar las barreras que se conviertan en obstáculo familiar para matricularse y asistir a las escuelas; asegurar el derecho a la no discriminación conlleva eliminar las diferentes prácticas que limitan no sólo el acceso a la educación sino también la continuidad de estudios y el pleno desarrollo y aprendizaje de cada persona. La selección y expulsión de alumnos discriminatoria y arbitraria son prácticas ajenas a la esencia de la educación pública, y la concebida como aquella que recibe financiamiento público.

Una educación superior que responda a los desafíos del mundo actual.
260. Los Demócrata Cristianos reconocemos que en el mundo globalizado actual, la educación superior debe asumir los complejos desafíos de ser eficiente y competitiva y, al mismo tiempo, contribuir a la estrategia de desarrollo espiritual y material del país impulsando la innovación, la creatividad y el emprendimiento. La educación superior debe integrarse en la red global de instituciones; garantizar la calidad, la movilidad de los estudiantes y la investigación; y dar un fuerte impulso a la formación de profesionales y técnicos con altas competencias: 100 mil jóvenes de excelencia (profesionales y técnicos) con estudios de postgrado en el extranjero en la próxima década.

Calidad de la educación superior.
261. La democracia cristiana afirma la necesidad de fortalecer los actuales sistemas de aseguramiento y acreditación de la educación superior. Es deber del Estado resguardar la fe pública y pertinencia de la calidad de las actuales y futuras instituciones y carreras.

Apoyos a los Estudiantes para velar por la equidad en el acceso y permanencia.
262. Se debe avanzar hacia el mejoramiento y ampliación de las becas, créditos y apoyos económicos que se otorgan a los alumnos de distintas universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica. Velar por que se cubran las necesidades de mantención y egreso, de tal forma que puedan desarrollarse en igualdad de condiciones.


Una sociedad que mejora el entorno para la vida en común Ciudades, barrios y viviendas para una buena vida humana Ciudades integradas
292. Asumimos como principio básico que la proyección y desarrollo integral de las personas sólo se da en una vida en comunidad. Por ello, las ciudades y sus barrios se deben construir sobre cuatro ejes fundamentales:

1) Sostenibilidad Urbana, entendida como la capacidad de las ciudades y sus comunidades para hacer compatible su desarrollo con el medio ambiente, proteger los espacios naturales, promover el crecimiento económico y la generación de empleos, y garantizar de creación de estabilidad o cohesión social.

2) Solidaridad, ya que las ciudades sostenibles o competitivas son incompatibles con la existencia de desigualdades sociales o territoriales. La creación de políticas públicas que terminen con la segregación social urbana y las desigualdades de acceso de las comunidades a los beneficios del desarrollo definen el derecho de todos a la ciudad.

3) Participación, como la necesidad de dar transparencia las decisiones públicas y fortalecer el derecho de las personas a aportar al bien común. Entendemos a la comunidad como el núcleo central de la ciudad, y por ello debemos fortalecerla a través de la participación efectiva y responsable, lo que fortalece el sentimiento de ciudadanía, incrementa el capital social y la identidad.


Espacios públicos para la vida en común
293. Las ciudades deben ofrecer espacios públicos seguros para la vida en común. La falta de integración social y desigualdad urbana puede debilitar seriamente la cohesión social y la estabilidad económica y democrática. Las ciudades deben ser espacios de integración y cohesión social. Creemos en el “Derecho a la Ciudad”, que permita a todas las personas compartir los beneficios de las ciudades y su desarrollo, no ser excluidas y segregadas, para poder participar democráticamente la construcción de lugar que habita.

Espacios de identidad en la diversidad
294. Queremos ciudades con identidad, donde prime la diversidad y el sentimiento de pertenencia y arraigo. Las políticas públicas deben reconocer y reforzar la diversidad de ciudades, pueblos y barrios de nuestro país.

Ciudades a escala humana
296. Las ciudades deben construirse a escala humana, haciendo de las comunidades el núcleo base la organización. Ciudades más humanas, seguras y amables se construyen a partir de sus barrios, con la amplia y solidaria participación de las personas. Aspiramos por ello a una ocupación equilibrada del territorio nacional, tanto al interior de las áreas urbanas como en los territorios rurales, con ciudades y pueblos a escala humana, que garanticen a las personas a lo largo del territorio el acceso a servicios públicos de excelencia.
Acá les dejamos algunos extractos del último congreso ideológico de la Democracia Cristiana, así no se confundan entre actuar de militantes con el pensamiento de nuestro partido. Y quien no se sienta identificado o no le guste……. Que se vaya a la derecha!!

Documento completo acá

Bienvenida

Bienvenidos al espacio de la Juventud Demócrata Cristiana Regional de Tarapacá Sur, este es un espacio de aportes y creación de un país mas solidario y humano.